En la Escuela

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Las fiestas se remontan a principios del siglo aunque hay constancia de que ya se celebraban cien años antes. En un primer momento se centraban en actos litúrgicos relacionados con la Virgen del Pilar y con el paso de los años fueron añadiéndose elementos más populares y de carácter ocioso. Durante la guerra civil y la dictadura posterior las fiestas se volvieron más sobrias, fue en estos años cuando comenzaron las ofrendas de flores y frutos que hasta el día de hoy se siguen realizando. Con la llegada de la democracia las fiestas han experimentado un importante cambio y se basan en la participación ciudadana y el entretenimiento del público en general con multitud de actos culturales. Gracias a ello han elevado su fama internacional y hoy en día acuden miles de turistas de todo el mundo para participar de las fiestas junto a los zaragozanos y todos los aragoneses.

Me he tomado el atrevimiento de escribir un poco sobre este libro: “Cero lìmites” del autor Joe vitale, porque considero que el mundo debe saber de su existencia y más personas deben aplicarlo para dar un cambio permanente a su vida.

En muchos momentos me vi en búsquedas constantes de libros de autoayuda y autoconocimiento que me permitieran encontrarme, conocerme, saber más acerca de mi, de mi ser y encontrar la tan anhelada “felicidad” y las claves que me llevaran al éxito que tanto estaba buscando.

¿Que descubrí en ellos? que la mayoría de libros te dan un sin fin de reglas, declaraciones, afirmaciones que debes realizar constantemente con el objetivo de cambiar tus patrones mentales, (porque se supone que allí radica el problema, en tu forma de pensar) y a partir de eso tu vida irá cambiando. Se supone que así funciona y yo por largo tiempo lo puse en práctica, cada vez que leía un libro sacaba todas las afirmaciones que sentía que necesitaba y la aplicaba a mi vida, así de repente tenía un cuaderno con más de 40 páginas con afirmaciones y frases que me permitirían “ser mejor persona” además de ser más feliz, saludable y adinerada.

Debo confesar que de cierta manera funciono, cosas importantes sucedían, mi forma de ver el mundo empezó a cambiar, mis pensamientos eran más positivos, por ende llegaba gente más positiva a mi vida. Pero faltaba algo, algo más debía estar detrás de todo esto porque en el fondo lo que realmente quería me era esquivo y la felicidad extrema solo duraba momentos, a veces días y luego volvía la incertidumbre.

Con el tiempo empecé a darme cuenta que todo lo que deseaba no se hacía realidad solo con quererlo, entonces empecé a trabajar duro en ello y tampoco sucedía. Llegó la frustración y el sentimiento de temor y angustia que tantas veces invade nuestras vidas por no saber que pasara en el futuro si no se cumple lo que tanto deseas.

Y pedí respuestas al mundo, a Dios, necesitaba saber que pasaba, que seguía después y la respuesta fueron estas palabras:

Gracias.